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BIOGRAFÍA. VIDA Y OBRA DE 'DARWIN, CHARLES'
Darwin, Charles Robert (1809-1882), científico británico que
sentó las bases de la moderna teoría evolutiva, al plantear el
concepto de que todas las formas de vida se han desarrollado a
través de un lento proceso de selección natural. Su trabajo tuvo
una influencia decisiva sobre las diferentes disciplinas
científicas, y sobre el pensamiento moderno en general.
Nacido en Shrewsbury, Shropshire, el 12 de febrero de 1809,
Darwin fue el quinto hijo de una acomodada y sofisticada familia
inglesa. Su abuelo materno fue el próspero empresario de
porcelanas Josiah Wedgwood; su abuelo paterno fue el famoso
médico del siglo XVIII Erasmus Darwin. Tras terminar sus
estudios en la Shrewsbury School en 1825, Darwin estudió
medicina en la Universidad de Edimburgo. En 1827 abandonó la
carrera e ingresó en la Universidad de Cambridge con el fin de
convertirse en ministro de la Iglesia de Inglaterra. Allí
conoció a dos influyentes personalidades: el geólogo Adam
Sedgwick y el naturalista John Stevens Henslow. Este último no
sólo ayudó a Darwin a ganar confianza en sí mismo, sino que
también inculcó a su alumno la necesidad de ser meticuloso y
esmerado en la observación de los fenómenos naturales y la
recolección de especímenes. Tras graduarse en Cambridge en 1831,
el joven Darwin se enroló a los 22 años en el barco de
reconocimiento HMS Beagle como naturalista sin paga, gracias en
gran medida a la recomendación de Henslow, para emprender una
expedición científica alrededor del mundo.
El viaje del Beagle
Su trabajo como naturalista a bordo del Beagle le dió la
oportunidad de observar variadas formaciones geológicas en
distintos continentes e islas a lo largo del viaje, así como una
amplia variedad de fósiles y organismos vivos. En sus
observaciones geológicas, Darwin se mostró muy sorprendido por
el efecto de las fuerzas naturales en la configuración de la
superficie terrestre.
En aquella época, la mayoría de los geólogos defendían la teoría
catastrofista, que mantenía que la Tierra era el resultado de
una sucesión de creaciones de la vida animal y vegetal, y que
cada una de ellas había sido destruida por una catástrofe
repentina, por ejemplo una convulsión de la corteza terrestre
(véase Geología: Siglos XVIII y XIX). Según esta teoría, el
cataclismo más reciente, el diluvio universal, había acabado con
todas las formas de vida no incluidas en el arca de Noé. Las
demás sólo existían en forma de fósiles. En opinión de los
catastrofistas, cada especie había sido creada individualmente y
era inmutable, es decir, no sufría ningún cambio con el paso del
tiempo.
Este punto de vista (aunque no la inmutabilidad de las especies)
había sido cuestionado por el geólogo inglés sir Charles Lyell
en su obra en dos volúmenes Principios de Geología (1830-1833).
Lyell sostenía que la superficie terrestre está sometida a un
cambio constante como resultado de fuerzas naturales que actúan
de modo uniforme durante largos periodos de tiempo.
A bordo del Beagle, Darwin descubrió que muchas de sus
observaciones encajaban en la teoría uniformista de Lyell. No
obstante, durante su viaje por Sudamérica, también observó gran
diversidad de plantas, animales y fósiles, y recogió gran número
de muestras que estudió a su regreso a Inglaterra. En las islas
Galápagos, situadas frente a la costa de Ecuador, observó
especies estrechamente emparentadas pero que diferían en su
estructura y en sus hábitos alimenticios, y concluyó que estas
especies no habían aparecido en ese lugar sino que habían
migrado a las Galápagos procedentes del continente. Darwin no se
dio cuenta en ese momento que los pinzones de las diferentes
islas del archipiélago pertenecían a especies distintas. Más
tarde, ya en Inglaterra, llegaría a la conclusión de que, cuando
los pinzones llegaron al archipiélago desde el continente
encontraron gran variedad de alimento, y al no tener
competidores y estar aislados geográficamente, sufrieron una
rápida adaptación a los distintos ambientes; con lo cual
aparecieron nuevas especies que descendían todas ellas de un
antepasado común.
La teoría de la selección natural.
Tras su regreso a Inglaterra en 1836, Darwin comenzó a recopilar
sus ideas acerca del cambio de las especies en sus Cuadernos
sobre la transmutación de las especies. La explicación de la
evolución de los organismos le surgió tras la lectura del libro
Ensayo sobre el principio de población (1798) del economista
británico Thomas Robert Malthus, que explicaba cómo se mantenía
el equilibrio en las poblaciones humanas. Malthus sostenía que
ningún aumento en la disponibilidad de alimentos básicos para la
supervivencia del ser humano podría compensar el ritmo de
crecimiento de la población. Este, por consiguiente, sólo podía
verse frenado por limitaciones naturales, como las hambrunas o
las enfermedades, o por acciones humanas como la guerra.
Darwin aplicó de inmediato el razonamiento de Malthus a los
animales y las plantas, y en 1838, había elaborado ya un
bosquejo de la teoría de la evolución a través de la selección
natural. Durante los siguientes veinte años trabajó sobre esta
teoría y otros proyectos de historia natural. Darwin disfrutaba
de independencia económica y nunca tuvo necesidad de ganarse la
vida. En 1839 se casó con su prima, Emma Wedgwood, y poco
después se instalaron en la pequeña propiedad de Down House, en
Kent. Allí tuvieron diez hijos, tres de los cuales murieron
durante la infancia.
Darwin hizo pública su teoría por primera vez en 1858, al mismo
tiempo que lo hacía Alfred Russel Wallace, un joven naturalista
que había desarrollado independientemente la teoría de la
selección natural. La teoría completa de Darwin fue publicada en
1859 como El origen de las especies por medio de la selección
natural. Este libro, del que se ha dicho que "conmocionó al
mundo", se agotó el primer día de su publicación y se tuvieron
que hacer seis ediciones sucesivas.
En esencia, la teoría de la evolución por selección natural
sostiene que, a causa del problema de la disponibilidad de
alimentos descrito por Malthus, los jóvenes miembros de las
distintas especies compiten intensamente por su supervivencia.
Los que sobreviven, que darán lugar a la siguiente generación,
tienden a incorporar variaciones naturales favorables (por leve
que pueda ser la ventaja que éstas otorguen), al proceso de
selección natural, y estas variaciones se transmitiran a través
de la herencia. En consecuencia, cada generación mejorará en
términos adaptativos con respecto a las anteriores, y este
proceso gradual y continuo es la causa de la evolución de las
especies. La selección natural es sólo parte del amplio esquema
conceptual de Darwin. Introdujo también el concepto de que todos
los organismos emparentados descienden de antecesores comunes.
Además ofreció un respaldo adicional al antiguo concepto de que
la propia Tierra no es estática sino que está evolucionando.
Reacciones a la teoría
Las reacciones ante El Origen de las especies fueron inmediatas.
Algunos biólogos adujeron que Darwin no podía probar su
hipótesis. Otros criticaron su concepto de variación,
sosteniendo que ni podía explicar el origen de las variaciones
ni cómo se transmitían a las sucesivas generaciones. Esta
objeción en concreto no encontró respuesta hasta el nacimiento
de la genética moderna a comienzos del siglo veinte (véase Leyes
de Mendel). Fueron muchos los científicos que siguieron
expresando sus dudas durante los ochenta años siguientes. Sin
embargo, los ataques a las ideas de Darwin que encontraron mayor
eco no provenían de sus contrincantes científicos, sino de sus
oponentes religiosos. La idea de que los seres vivos habían
evolucionado por procesos naturales negaba la creación divina
del hombre y parecía colocarlo al mismo nivel que los animales.
Ambas ideas representaban una grave amenaza para la teología
ortodoxa.
Los años siguientes
Darwin pasó el resto de su vida ampliando diferentes aspectos de
los problemas planteados en El Origen de las especies. Sus
últimos libros, entre los que se encuentran La variación de los
animales y plantas bajo la acción de la domesticación (1868), La
descendencia humana y la selección sexual (1871), y Expresión de
las emociones en el hombre y los animales (1872) eran
exposiciones detalladas sobre temas que sólo disfrutaban de un
espacio limitado en El origen de las especies. La importancia de
su trabajo fue ampliamente reconocida por sus coetáneos. Darwin
fue elegido miembro de la Sociedad Real (1839) y de la Academia
Francesa de las Ciencias (1878). Tras su muerte en Down, el 19
de abril de 1882 se le rindió el honor de ser enterrado en la
abadía de Westminster.
"Darwin, Charles Robert", Enciclopedia Microsoft(R) Encarta(R).
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