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GOETHE, JOHANN WOLFGANG
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BIOGRAFÍA. VIDA Y OBRA DE 'GOETHE, JOHANN WOLFGANG'
Johann Wolfgang von Goethe (28 de
agosto de 1749 - 22 de marzo de 1832) novelista, dramaturgo, poeta,
científico, geólogo, botánico, anatomista, físico, historiador de
ciencias, pintor, arquitecto, diseñador, economista, director de
teatro, minero, filósofo humanista y, durante diez años, funcionario
del Estado en la ciudad de Weimar.
Vida
El propio Goethe narró su vida en un interesantísimo libro
autobiográfico, Poesía y verdad. Nació en Fráncfort del Meno,
(Frankfurt am Main), hijo de Johann Caspar Goethe, un abogado que se
retiró de la vida pública y educó a sus hijos él mismo, bajo la
máxima de no perder el tiempo en lo más mínimo, y de Katharina
Elisabeth Textor, hija de un antiguo burgomaestre de Fráncfort.
Estas vinculaciones familiares le pusieron en contacto desde el
principio con el patriciado urbano y la vida política. De
inteligencia superdotada y provisto de una enorme y enfermiza
curiosidad, hizo prácticamente de todo y llegó a acumular una
omnímoda cultura. Estudió Derecho en Leipzig y Estrasburgo, al
tiempo que escribía sus primeros poemas; Katharina von Klettenberg,
amiga de su madre, le introdujo en el misticismo religioso pietista.
Trasladado a Estrasburgo, conoció allí a Friederike Brion, que le
inspiró la impronta de la mayoría de sus personajes femeninos, y
trabó amistad con el filósofo Johann Gottfried von Herder, cuyos
Discursos a la nación alemana tanto influyeron en el Romanticismo
alemán. Vuelto de nuevo a Fráncfort escribió la tragedia Götz von
Berlichingen (1773) y colaboró con Herder en la redacción del
manifiesto del movimiento Sturm und Drang, ("Tempestad y arrebato"),
considerado el preludio del Romanticismo en Alemania: Sobre el
estilo y el arte alemán (1773). En esta obra se reivindica la poesía
de James MacPherson (Ossián) y de Shakespeare. A mediados de 1772,
un amor no correspondido por una tal Charlotte Buff, esposa de un
funcionario de apellido Kestner, lo tuvo en dos años de calvario, de
los que salió al enamorarse de Maximiliana Brentano. Aquel desamor y
el suicidio de un conocido suyo inspiraron en 1774 la composición de
la novela, en parte epistolar, Las desdichas del joven Werther. La
obra experimentó un éxito tan rotundo y representó tan bien el
desencanto de las jóvenes generaciones que suscitó una epidemia de
suicidios adolescentes en el país. Entre 1772 y 1775 escribió además
los dramas Clavijo (1774) y Stella (1775).
En 1775 vino a la Corte de Weimar llamado por Carlos-Augusto,
heredero del ducado de Sajonia-Weimar, entró a su servicio y fijó
allí su residencia, ya hasta su muerte. Interesado por la óptica,
concibió una teoría distinta a la de Isaac Newton sobre los colores
y también investigó en geología, química y osteología, disciplina
esta última en que descubrió el hueso intermaxilar. Desde un puesto
tan importante tuvo la oportunidad de relacionarse con la alta
aristocracia y conoció a personajes notables, como Napoleón
Bonaparte, Beethoven, Friedrich von Schiller y Arthur Schopenhauer.
En 1782 fue añadida la partícula von a su apellido por el mismo
Duque Carlos-Augusto pese a las protestas de la nobleza, para formar
parte de la Corte con un cargo equiparable al de los restantes
ministros, pertenecientes todos a la nobleza. Ingresó en la
Masonería el 11 de febrero de 1783, aunque para el escritor masónico
Lorenzo Frau Abrines (Diccionario Enciclopédico de la Masonería, I,
p. 508), la fecha de su ingreso es anterior, el 23 de junio de 1780,
dentro de la efímera logia Amalia, que abatió columnas dos años
después. Por otra parte, seguía profundizando en el estudio del
teatro de William Shakespeare y de Pedro Calderón de la Barca,
algunas de cuyas obras (por ejemplo, El príncipe constante de
Calderón) estrena con éxito en la Corte de Weimar; estas lecturas
amplían notablemente los horizontes de su espíritu. Le domina además
el aprecio de la falsa poesía céltica de Ossián y escribe un famoso
monólogo del gran dios del Romanticismo, Prometeo, que personificaba
el genio rebelde de los creadores y del cual se sintió justamente
orgulloso:
Fue como la mecha que provocara el estallido que descubrió y sacó a
plena luz las más secretas condiciones de hombres dignos (Poesía y
verdad, lib. XV)
Así fue en efecto, en lo referido al movimiento conocido como
Titanismo uno de cuyos más preclaros representantes fue Giacomo
Leopardi. Merced a Goethe, Weimar se convirtió en el auténtico
centro cultural de Alemania; allí compuso poemas inspirados por
Charlotte von Stein y empezó la redacción de sus obras más
ambiciosas, como sus dramas Ifigenia en Tauris (1787) Egmont y
Fausto, que luego revisaría a fondo tras la profunda impresión que
recibió en su trascendental viaje a Italia (1786-1788), que
representó para él la sustitución de la desequilibrada estética
romántica por el equilibrio clásico. Empezó en Venecia, donde
compuso sus Epigramas venecianos, y terminó en Roma, donde estudió
la cultura grecolatina a fondo; de esta época son sus Elegías
romanas. El viaje a Italia supone el comienzo de su periodo clásico.
Sin embargo, a su regreso a Weimar en 1788 se encuentra una gran
oposición a su nueva estética; es más, se forma un cierto escándalo
cuando llega a divulgarse que desde ese mismo año vive amancebado
con una jovencita, Christiane Vulpius (1765-1816), que le dio al año
siguiente un hijo, Julius August Walther von Goethe (1789-1830);
cuatro abortos sucesivos posteriores inducen a creer que entre ambos
había incompatibilidad de grupos sanguíneos, en aquella época
desconocida. Goethe legitimó a su único hijo en 1800. La ocupación
más importante del poeta por entonces era labrarse una carrera
científica. En Zur Farbenlehre, 1810, intentó refutar con poca
fortuna la teoría de los colores de sir Newton. En el primer volumen
de esta obra se halla la que es sin duda la primera historia
comprensiva de la ciencia. Dirigió el Teatro ducal entre 1791 y 1813
y con motivo de este cargo conoció en 1794 al dramaturgo Friedrich
von Schiller, con el que sostuvo una luenga amistad y cierta
correspondencia epistolar hasta la muerte de éste en 1805. Schiller
publicó las hasta entonces inéditas Elegías romanas de Goethe en su
periódico, Las Horas, en 1795. También imprimió la novela Los años
de aprendizaje de Wilhelm Meister (1796) y la novela en verso
Hermann y Dorothea (1798). Schiller incitó a Goethe a que
prosiguiera en la gran obra de su vida, el Fausto, poema que no
paraba de corregir y ampliar y cuya primera versión apareció en
1808. Desde dos años antes se hallaba ya casado con Christiane
Vulpius, quizá para acallar a quienes criticaban su estilo de vida.
El hecho más importante quizá de esta época de su vida es su
entrevista en Erfurt con Napoleón I en 1808, cuando el ejército
francés ocupaba parte del territorio prusiano en el marco de las
guerras Napoleónicas. Por entonces aparecen las novelas de madurez:
Las afinidades electivas (1809) y Los años de formación de Wilhelm
Meister (1821, revisado en 1829), así como un diario de su viaje por
Italia, Viajes italianos (1816), su autobiografía Poesía y verdad en
varias entregas (1811-1833) y un poemario, Diván de Oriente y
Occidente (1819). Goethe murió en Weimar el 22 de marzo de 1832. La
versión final de su gran poema coral Fausto apareció póstuma en
1832.
En cuanto a su carrera literaria, Goethe la inició en el seno de un
exasperado Romanticismo deudor del Sturm und Drang, cuya obra más
representativa se encargó de escribir él mismo: Las desdichas del
joven Werther. El viaje a Roma supuso para él ir arrinconando esa
estética en una evolución que le hizo al cabo renegar del
Romanticismo e idenficarse con el equilibro clásico grecolatino, lo
que puso fin a su tormentosa vida interior. Fue esa la revelación
del Clasicismo, verdadera raíz con la que podía identificarse la
cultura alemana. "Ahora comprendo el sentido del mármol", escribirá
en una de sus Elegías romanas. De ese viaje por Italia son fruto
también los Epigramas venecianos, entre los cuales hay algunas
meditaciones profundas sobre la contemporánea Revolución Francesa o
el significado de la vida y de la cultura. La postura política de
Goethe es sin embargo conservadora: "prefiero la injusticia al
desorden", escribirá. Eso le supuso algunos recelos por parte de
otros artistas a los que no les importaba en lo más mínimo no
acordarse con su contexto social, como por ejemplo Beethoven. En las
dos versiones de su complejo y grandioso Fausto se encuentra el
último mito que fue capaz de engendrar la cultura europea, el de
cómo la grandeza intelectual y la sed omnímoda de saber pueden, sin
embargo, engendrar la miseria moral y espiritual. Por otra parte, en
la lectura y estudio de Spinoza encuentra también un consuelo al
desequilibrio romántico que le embargaba, como cuenta en Poesía y
Verdad, donde se extiende en comentar especialmente su frase de que
"quien bien ama a Dios, no debe exigir que Dios le ame a él".
Goethe disfrutó ya en vida de fama, respeto, prestigio y admiración.
Por ello, fueron muchos los jóvenes de su época que quisieron
conocerlo en persona o, cual se suele pedantescamente decir: vera
effigies. Por otra parte, su secretario, Eckermann, anotaba
cuidadosamente sus conversaciones con el maestro a lo largo de los
años y escribió unas Conversaciones con Eckermann donde aparecen
reflejadas las opiniones que en sus últimos años sostuvo sobre esas
visitas y también sobre todo lo divino y lo humano.
Obra
Su producción literaria abarca desde la poesía, la novela y el
teatro al ensayo. Es el iniciador de la corriente literaria alemana
conocida como Sturm und Drang (Tormenta e Impulso), precursora del
romanticismo alemán. Durante los últimos años de su vida, Goethe
tuvo como secretario personal a Johann Peter Eckermann (1792-1854),
el cual hizo posible la publicación de las obras completas de Goethe
en 40 volúmenes (1839-1840) y escribió Conversaciones con Goethe (3
volúmenes, 1836-1848), libro que recoge con fiabilidad los años de
vejez de esta personalidad contradictoria y universal. Su producción
poética se encuentra actualmente recogida en diversas ediciones; en
el terreno de la música son innumerables los poemas de Goethe
convertidos en lieder por compositores de todas las épocas.
El capricho del enamorado (1767), comedia en verso de un acto.
Los cómplices (1768), tragedia en verso.
Götz von Berlichingen (1773).
Las desventuras del joven Werther (1774).
Clavijo (1774), drama.
Stella (1775), drama.
Ifigenia en Tauris (1787), drama en prosa, del que hizo
anteriormente una versión en verso yámbico.
Egmont (1788).
Torquato Tasso (1790).
Fausto, fragmento (1790).
Ensayo (1790).
Aportes a la óptica (1792).
Elegías romanas (1795).
Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (1796), novela.
Hermann y Dorothea (1798), idilio épico en verso.
Fausto (1807).
Las afinidades electivas (1809), novela.
Viajes italianos (1816).
Diván de Oriente y Occidente (1819), poemas.
Wilhelm Meister Lehrjahre o Los años de formación de Wilhelm Meister
(1821), novela.
Fausto, segunda versión, póstuma, (1832).
Poesía y verdad, su autobiografía (1833).
Johann Peter Eckermann, Conversaciones con Goethe (1836-1848)
Trascendencia de Goethe
La grandeza de Goethe se advierte en su cultura universal,
enciclopédica, lo mismo que su decisiva contribución en terrenos tan
distintos como la ciencia (con su controvertida teoría de los
colores, y con sus aportaciones a la idea de evolución, a través del
concepto de metamorfosis), la filosofía (su concepción de los
Urphänomenen, fenómenos primordiales, a los que dedica páginas
memorables en las Conversaciones con Eckermann), la poesía, el
drama, la novela formativa o bildungsroman, o la novela en general y
el género autobiográfico. Y sobre todo la creación de un poema
dramático universal, el Fausto, en sus dos partes. Él mismo es en
gran medida responsable de la idea de literatura universal. Sus
obras completas fueron traducidas al español por Rafael Cansinos
Assens.